jueves, 11 de julio de 2013

Reseña: The Garden of Words de Makoto Shinkai

No conozco a mucha gente a la que le guste Makoto Shinkai. Para mí, es uno de los directores de anime a reivindicar, con una personalidad y un estilo únicos. Sus películas suelen ser pequeñas obras de arte, no sólo en cuanto a la calidad técnica, sino también en lo que a expresar sentimientos se refiere. Tienen una sensibilidad especial.

Aún así, siempre le he visto como la "eterna promesa" que no acababa de despegar del todo.

Pienso así porque el tío es capaz de marcarse un buen film como es The Place We Promised in Our Early Days, pasando por el truño maloliente de cloaca intento impersonal y fallido de imitar a Ghibli (Viaje a Agartha, su única peli licenciada en España), a verdaderas maravillas como 5 Centímetros por Segundo (en vez de licenciar la puta mierda de Agartha, haber licenciado ésta, coño).

Dos años después de Viaje a Agartha, ha estrenado The Garden of Words, en la que vuelve a su terreno; ése que domina con maestría: el de los amores solitarios, no correspondidos (o más bien imposibles), llenos de melancolía.

El póster ya presagia algo grande
Empecemos por lo obvio: el filme es una delicia visual. No es algo que me sorprenda de Shinkai, ya que sus películas anteriores ya destacaban por eso mismo; pero es que se ha logrado superar. Es increíble cómo maneja los juegos de luces, minucioso hasta el más mínimo detalle. Cada segundo es un cuadro, imitando de forma precisa la realidad.

Una verdadera obra de arte visual, en la que NINGÚN director de anime (y casi diría que de animación en general) le llega a la suela del zapato.

Para muestra, un botón:





Takao es un chico de 15 años, cuyo sueño en la vida es llegar a ser zapatero profesional. No cejará en su empeño, aunque se encuentre con dificultades en su camino (principalmente, falta de recursos económicos y de apoyo familiar). En los días de lluvia odia ir a clase, así que se suele ir a un parque cercano a la estación.

Un día, se encuentra con Yukino, una misteriosa mujer que también odia ir a su trabajo en los días de lluvia y que se refugia también en el mismo parque. 

Y así comienzan una serie de encuentros a lo largo del tsuyu, la época de lluvias por los meses de junio - julio que se suele dar en Japón. Son dos personas perdidas en la vida que buscan encauzarla para avanzar y madurar; necesitan volver a "aprender a caminar", a salir de ese pozo gracias al apoyo mutuo que se brindan.

El protagonista, Takao, quiere dedicarse a fabricar zapatos.
La otra protagonista, Yukino, envuelta en un halo de misterio.
Los dos personajes me han parecido muy humanos y sus problemas muy reales, pero me identifico más con Yukino, y con una de las frases que más me han dolido: "No soy ni tan sólo un poquito más inteligente a mis 27 años de lo que era a los 15". Ouch. Tengo un año menos, pero pienso EXACTAMENTE igual.

Igualmente, Yukino es el más complejo de los dos, y es una alegría ver que está excelentemente desarrollada, al igual que Takao.

Shinkai ha vuelto a hacer lo que sabe: historias pequeñas y cotidianas, con ese maravilloso toque de amor melancólico, sólo que esta vez con el aliciente de tener dos protagonistas que necesitan encontrarse a sí mismos. Gracias a una banda sonora excelente, unos personajes convincentes y una animación que quita el sentido logra recuperar el cauce de su carrera.

Sólo me queda esperar que siga por este camino para su próxima película. Puede llegar a ser un autor muy grande si se centra en lo que realmente sabe hacer y no en dirigir películas de encargo.

100% recomendada.

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