jueves, 12 de diciembre de 2013

Reseña: De Tal Padre, Tal Hijo

Ryota, un arquitecto obsesionado por el éxito profesional, vive felizmente con su esposa y su hijo de seis años; pero su mundo se viene abajo cuando los responsables del hospital donde nació su hijo le comunican que, debido a una confusión, el niño fue cambiado por otro. Debe decidir entonces entre si quedarse con su verdadero hijo o con aquel a quien crió como si lo fuera.

A mí es que hasta el póster me parece brillante: capta perfectamente la personalidad de los 6 personajes principales

Con una historia tan melodramática y digna de cualquier telefilm de sobremesa, Hirokazu Koreeda marca distancia y nos ofrece una película más para reflexionar que no para llorar. Yo cuando vi en la sinopsis "drama", ya me preparé un paquete de clínex. Pero sólo me entró algo en el ojo una vez, ya está. Al contrario, tiene bastantes momentos cómicos.

¿Y sobre qué se reflexiona? Principalmente sobre la paternidad y su significado. ¿Importa más el vínculo sanguíneo que los años pasados con una persona? ¿Es mejor darle una excelente educación académica o pasar tiempo con él haciendo volar cometas?

A pesar de centrar el conflicto en la figura de Ryota (Masaharu Fukuyama, mojabráguer y favorito de muchas mujeres japonesas), también me pareció relevante la abnegación de su esposa, como a pesar de tener una opinión, no se la tiene muy en cuenta... Para más inri, la sociedad le echa la culpa de lo ocurrido porque "se tendría que haber dado cuenta de que no era su hijo". WTF Japón?!? ¡¡¡¡LOS BEBÉS SON TODOS IGUALES AL NACER!!!!

Innegable verdad absoluta

Se construyen unos personajes magníficos (como el día y la noche, porque no se pueden tener puntos de vista sobre la vida más diferentes), entre los que destaco los niños. No sólo son un acierto de casting, es que son tan sumamente naturales que ni parece que actúan. Un 10 al director por saberlos dirigir.

En definitiva, una película que trata con mucho tacto y delicadeza un tema complicado, en una situación límite, que te hace reflexionar sobre las relaciones entre padres e hijos y si realmente la sangre es tan importante. No sé si porque estoy acostumbrada, pero el ritmo a pesar de ser el típico japonés (lento), no se me hizo pesado y me interesó en todo momento el conflicto de los protagonistas. No es algo que tenga cercano, pero los personajes están tan bien que logra que empatices con ellos y te impliques.


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