Para ser sincera, uno de los principales motivos de abrir este blog era para dedicarle una entrada a una serie que, a pesar de ser conocida, no tiene hordas de fans como Juego de Tronos o The Truño Walking Dead.
Me refiero a Spartacus, la serie que ha hecho que el canal estadounidense de pago Starz sea relevante y que ahora ya lleve proyectos de más envergadura, como Black Sails (trailer aquí).
Spartacus nos cuenta la historia de un esclavo tracio durante la época de esplendor de Roma, mientras sirve en la Casa de Batiatus como gladiador, para más tarde narrarnos cómo lideró la revuelta esclava que puso en jaque la República Romana.
La historia está dividida en 4 temporadas, según orden de emisión: Blood and Sand, Gods of the Arena, Vengeance y War of the Damned. Todas rondan los 10 capítulos, salvo Gods of the Arena, que cuenta sólo con 6 episodios. Acabó su emisión de forma definitiva este mismo abril.
Gods of the Arena es una precuela que se grabó mientras el actor que interpretaba a Spartacus, Andy Whitfield, se recuperaba de una grave enfermedad. Lamentablemente, no la pudo superar, y su papel pasó a ser interpretado por otro actor, Liam McIntyre.
Una verdadera lástima, porque Andy tenía madera y carisma por un tubo... Sin embargo, Liam hace un trabajo DIGNÍSIMO e impecable. Era difícil, pero logra hacer el papel suyo.
Recomiendo ver la serie en el orden de emisión, ya que Gods of the Arena arranca con el final de la 1ª temporada e introduce tramas y personajes (Gannicus, por ejemplo, mi preferido) de vital importancia en futuras temporadas.
Normalmente, soy súper estricta y no suelo darle oportunidades a las series. Y es que Spartacus empieza de pena: con una trama normalita y con una realización cutre y barata, al estilo 300, pero sin un duro.
Menos mal que le di una oportunidad. A partir del capítulo 3 o 4, la cosa ya se empieza a animar. Después, la tensión va en aumento y el final de temporada es sencillamente apoteósico.
Toda la serie raya ese nivel de genialidad, salvo el inicio de Vengeance, que sufre mucho el cambio de actor principal y el alargamiento innecesario de una trama cansina (cierto rescate).
Gracias al éxito de la serie, el presupuesto fue aumentando y eso se nota tanto en los efectos como en los escenarios. En la última temporada, War of the Damned, considero que no queda nada de los inicios cutres de la serie.
Y encima tiene varias escenas míticas y un final digno de ser recordado como uno de los cierres más satisfactorios jamás hechos (no he leído ni un sólo comentario negativo).
Puede que su alto contenido en sexo y en violencia eche para atrás a algunos (o precisamente sea lo que atraiga a otros tantos), pero la serie es más que eso. Para ver tetas y coños ya tengo los míos, gracias (aunque admito que los de la serie son espectaculares).
No, esto va de gente que trata de ser más lista que su adversario, adelantándose a cada movimiento que hagan; ya sea en la arena, en la escala social o en una guerra.
De trepas, de hijos/as de puta que intentan ascender o mantener su estatus a toda costa, y, en definitiva, de personas que luchan por su libertad y por no ser los monos de feria de esos cabrones asquerosos.
Un mensaje que sigue calando en nuestra sociedad actual y que tal vez, deberíamos poner en práctica. Tal vez no hasta los extremos de mi querido Spartacus, pero sí de despertar de una maldita vez y poner en su sitio a los desgraciados que nos mandan y que nos toman por eso, sus monos de feria.
GRAN SERIE!!!!!!! Obligatorio su visionado para todos!!!!! La echaré mucho de menos :_-(
ResponderEliminar100% de acuerdo! :D
EliminarY no comentas nada de Nagron? Buuu puedes tirar tu carne yaoista.. xD
ResponderEliminarXDDD. Bueno, los pobres apenas tienen tiempo de pantalla, que lo culos y tetas venden más, XD. Nasir nunca me entusiasmó, el bueno de los 2 es Agron, qué macho por dios.
Eliminar